viernes, 17 de diciembre de 2010

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Y así me marcho, pintando una gran sonrisa, por mí y una vez más por mí. Quizás soy una egoísta lo sé, pero tendré que hacerlo... Contigo o sin ti.



Cosas que suceden sin más...



Te hablo de algo inesperado. Te hablo de aquel momento en el que creía que la tristeza sería eterna; pero volví a sorprenderme a mí misma riendo sin parar.

Lucha aunque duela. Lucha no cuando quieras, si no sólo cuando sea absolutamente necesario.

Agoté mis fuerzas luchando el otro día. ¿Contra quién? Preguntan muchos/as. La pregunta no es esa, si no ¿por qué luchaste? Que absurda pregunta. Preguntan algo evidente. Todo el mundo lucha por estar bien y eso fue lo que hice yo. Luché hasta que no pude más. No me rendí pero sí me cansé. Aplacé mi pelea para otro día en el cual tuviera más fuerza. Todavía no sé muy bien cuando será ese día pero espero que toda esta espera merezca la pena y que después de tanto tiempo vuelva a esos tiempos en los cuales me levantaba de la cama con una sonrisa en la cara y me acostaba con una sonrisa todavía más grande con la que me había levantado.

Miles de preguntas sin respuesta. Miles de actos sin consecuencia.


Sé que puedo. Sé que soy fuerte y valiente. Sé cuando hablar y cuando no. Sé callar cuando me dicen que lo haga. Sé guardar secretos. Sé dar consejos de una manera única que nadie sabe. Sé que debo sonreír en todo momento incluso en los momentos malos. Sé que llorar no lleva a ninguna parte. Sé que estar mal a los dieciseis años es una tontería. Sé que no tengo motivos para llorar aunque lo haga de vez en cuando. Sé que soy agradable pero también sé que hay momentos en los que puedo llegar a ser odiosa. Sé que tengo mal carácter. Sé que hay gente que merece la pena y gente que no vale un céntimo. Sé con quién debo hablar y con quién no. Sé que no debo hacer caso de lo que me diga un desconocido. Sé que de 100 amigos que puedo tener sólo merecen la pena 10, pero por desgracia no sé el "por qué" de la mayoría de los sucesos o acontecimientos que van ocurriendo por mi vida. Que gran problema y vaya gran putada saber tantas cosas y no saber "por qué" ocurren, ¿no?

Nunca importó el levantarse despeinada y aparentar perfeccionismo, siempre importaron antes los sentimientos.

Levantarse de la cama con la ralla del ojo completamente corrida, el pelo alborotado y muy despeinada, vestida de cualquier forma y con dolor de cabeza por la resaca. Encender el ordenador y reventarlo poniendo la música lo más alto que se pueda y una vez más aunque no haya motivos ni fiesta, bailar bailar y bailar hasta que el cuerpo no aguante más. Ahora no es necesario el alcohol, ni la gente, sólo la música...


Siempre quedan fuerzas para pasar de página.



Hoy me miras y no ves a la de antes. Aquella que en el día de la despedida estaba con el corazón desgarrado en sus manos y luchaba por contener sus lágrimas. Aquella que no quería alejarse de ti. Sin embargo hoy, ves que puedo estar lejos de ti. Y es que me he acostumbrado a que no estés. Me he acostumbrado a sonreír sin que tú seas el motivo.