jueves, 24 de junio de 2010

Me fui, allí no estaba agusto.

No aguantaba más allí. Tenía que verle todos los días y me era insoportable y por ello me fui. Lejos de la realidad. Sé que no está bien huír de los problemas pero me daba demasiado miedo afrontarlos. Sabía que si seguía un día más en aquel odioso lugar terminaría llorando y no quería que él me viese llorar... Aunque al fin y al cabo, ¿a él que le importan mis lágrimas? Está claro que nada... Él decidió marcharse y olvidarme y yo sin embargo en vez de intentar olvidarle decidí fingir que no había pasado nada y por ello ahora estoy aquí. Todavía me pregunto porque sigo escribiendo en un blog y es que sinceramente no encuentro otra manera de desahogarme. Ya no sé como sentirme... Tengo mil y un motivos para sonreír pero no lo hago. Es como si él me importase más que todo lo que me rodea y no tendría porque ser así... Tendría que ser todo diferente... Una vez que él me olvidase yo también tendría que haberlo olvidado... Sé que puedo hacerlo pero por una parte no quiero... Hay demasiadas cosas que olvidar y sé que si intento olvidarlo estaría engañándome a mí misma de que no le quiero y no me gustaría para nada engañarme de ello.
Me gustaría tanto ser más fuerte... Si fuera un poco más fuerte me costaría menos olvidarle... Es horrible recordarle a cada minuto... Recordar todos y cada uno de los momentos vividos como si los hubiese vivido ayer con él... El dolor es máximo y provoca que llore... Sé que no debo llorar pero... ¿qué voy hacer si no? Son tantas cosas vividas... Y sé que no debería de estar aquí llorando por él porque no se merece ni la mitad de mi querer. Se portó bien conmigo en su día pero lo que pasó luego no tiene perdón. Decidió marcharse sin dar ninguna explicación y para mí eso no tiene perdón. Me dedico a llorar bajo la almohada por él y él no lo sabe. Sé que si lo supiera no me despreciería tanto como lo hace ahora pero no quiero ser una víctima ni ser una más. Quiero ser feliz y no con él. Él me hizo feliz pero ya forma parte del pasado, bueno miento, yo formo parte de su pasado. Está claro que no soy más que una adolescente enamorada que finje estar bien para que los demás no le pregunten como está y sinceramente, no estoy bien porque odio que me olviden, bueno corrijo, odio que me olvide. Parece que tantos meses a su lado a él le parecieron minutos, quizás menos. Creía que para él había sido algo más pero quizás me equivoqué... Él buscaba algo más estaba claro... Yo no aportaba tanto como otras... Yo simplemente me dedicaba a quererle pero a él no le bastaba con eso... No sé si decir "lo siento" una vez más si quedarme quieta o si echar a correr... Estoy tan confusa que estoy hasta bloqueada. Este sentimiento de impotencia me mata lentamente y lo más triste es que a él no le importa. Él ha pasado página y yo todavía sigo atrás. Quizás debería de hacer lo mismo pero sin saber por qué no puedo. He sido pisoteada ya tantas veces que quizás a estas alturas un poco más de dolor no me importe.
Ahora mismo me gustaría decirle que volviese... Que me abrazase y que nunca me soltase... Pero el amor es cosa de dos y no de uno... Lo único que queda ahora es el recuerdo del pasado y todo aquello que vendrá en el futuro que seguro que será mejor. Está claro que la vida es una putada ya que te pasas años aprendiendo para luego morirte.

jueves, 10 de junio de 2010

La chica que quería volar.



Había una vez una adolescente de 16 años a la que le encantaba sonreír. Muchos decían que tenía un don cuando sonreía porque tenía una sonrisa que muchos admiraban. Sin embargo había algo que ella no tenía, y era la capacidad de volar. Ella creía que volando sería todo mucho más sencillo y que la vista sobre la vida desde el cielo tenía que ser mucho más fantástica que con los pies en el suelo. La verdad es que todo aquel al que le contó que quería volar no hizo más que burlarse de ella pero ella sabía que no debía rendirse. Quería volar y no le importaban las opiniones de los demás. No sabía como conseguiría elevar los pies del suelo, ni para qué, ni cuando pero ella era feliz porque tenía la esperanza de que algún día eso sucedería. Ella era una chica corriente, no muy buena estudiante ya que estaba repitiendo curso pero… ¿Sabéis cuál es la mayor cualidad de ella además de su sonrisa? Su optimismo. Sabe perfectamente que una lágrima no arregla las cosas y por ello no llora. Nunca le importaron los chismes ni las burlas sobre su sueño, volar, y por eso es feliz.

Una mañana como otra cualquiera se levantó de la cama, se miró al espejo y se dijo a si misma “no sé si podré pero si no lo intento nunca sabré si puedo”. Llegaba tarde al instituto pero no le importaba. Salió al jardín, alzó las manos y dijo “quiero volar”. Cerró los ojos y como si alguien la escuchase sus pies se elevaron del suelo. No se lo podía creer. ¡Al fin estaba volando! Ella, la chica de la cual se estuvieron burlando durante años porque decían que volar era imposible… Ella, la chica que tiene un don al sonreír… Ella, la chica que es feliz.

No podía parar de sonreír. Adoraba estar en el cielo, adoraba estar tan alto. Adoraba esa soledad y silencio absoluto en aquel cielo. “Sin duda el cielo y las nubes son más bonitas vistas desde aquí arriba y desde tan cerca” pensó para sí misma. Siguió volando durante horas hasta que cayó. Cayó al suelo y despertó.

Se entristeció al darse cuenta de que no había volado pero no le importaba porque se dio cuenta de que la vida es escalar, no volar, y que cuando escalas la vista es más bonita. No hace falta ir al cielo para tener una mejor visión de la vida, o al menos, eso dice ella.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sí, soy gilipollas.

No tengo muy claro todavía que se supone que estoy haciendo en este lugar al que llaman "mundo" ya que afronto cada problema con una lágrima en vez de con una lucha para que las cosas vayan mejor. Muchas veces me quedo pensando y al pensar lloro. ¿Qué por qué lloro? La verdad es que tengo más de una razón para llorar pero... ¿Qué importa eso ahora? Ahora sólo importa el presente y lo que vendrá después. Lo que ya ha sucedido ahora a penas tiene valor y si lo tiene a mí personalmente no me importa. No soy de piedra y tengo sentimientos pero parece que hay mucha gente que no quiere entenderlo. Al igual que todo el mundo lloro pero está claro que eso no vale de nada. Las lágrimas que se derraman por cosas como alguien que te importa o simplemente porque no te sientes agusto contigo misma en esta sociedad no valen nada. En esta sociedad ahora no importa el dolor que puedan sentir algunas personas. El dolor hace tiempo que no se tiene en cuenta y por desgracia se tienen en cuenta otras cosas mucho menos importantes. Ahora mismo podría ir por la calle llorando que a nadie le importaría. Nadie es consciente del dolor por el que tienen que pasar algunos y... ¿sabéis que es lo más triste? Que tampoco muestran interés por saberlo, ni siquiera las personas más cercanas a ti. De mil amigos que crees que tienes sólo uno o dos se preocupan por ti, nadie más, y eso duele. No sé muy bien porque estoy escribiendo esto la verdad. Resulta bastante ridículo y patético desahogarse en un blog que seguramente a nadie le importe pero no encuentro otra manera mejor de desahogarme ya que soy la típica chica inútil que se traga todas sus tonterías por muy pequeñas o grandes que sean porque no le gusta aparentar triste, pero eso trae consecuencias y la mayor es el momento en el que ya no puedes tragar más y explotas. Explotas de tal manera hasta llegar a un punto en el que nada te parece lo suficientemente bueno para seguir adelante. Cuando llegas a este extremo no te importa nada de lo que tengas a tu alrededor, estás tan sumamente alterada que no te das cuenta de lo que tienes. No te das cuenta de que intentan ayudarte y desprecias la ayuda de los demás e incluso llegas a pagar tu dolor con quien no se lo merece. Yo no quiero la ayuda de nadie ni quiero escuchar un "tranquila, todo va a ir bien". No quiero nada de eso. Quiero ser feliz por todo lo que tengo sin tener que estar cada día preocupada por si algo va bien o mal. Quiero sonreír porque tengo motivos y no por compromiso y quiero poder decirle al mundo "estoy bien" sin tener que mentirles diciendo algo como "no me pasa nada, son tonterías". Estoy cansada de siempre la misma rutina, de callarme lo que siento, de que me humillen y de llorar por cosas que no valen la pena. Hago lo que puedo para que las cosas salgan bien, pero nadie lo tiene en cuenta. ¿Sabéis? Nunca he envidiado nada de nadie pero ahora mismo y más que nunca envidio a aquellas personas que consiguen salir adelante con una sonrisa y que saben perfectamente como levantarse en cuanto se caen. Por desgracia yo no he nacido así y he nacido cobarde, porque no hago más que ocultarme de los problemas porque creo que es lo mejor para mí cuando no lo es y gilipollas, porque la mayoría de las veces me dejo humillar por la gente y dejo que me hundan cuando una persona luchadora no dejaría que la humillasen. 
Menos mal que a medida que pasa el tiempo voy aprendiendo que hay cosas que sí y cosas que no y desde hace tiempo he aprendido que a mí no me pisotean ni me humillan. Una lástima que no lo ponga en práctica y que siga como siempre, refugiada bajo las sábanas de mi cama porque creo que ahí debajo no me va a pasar nada cuando está más que claro que hay que salir de la profundidad y salir al exterior con la cabeza más alta de lo normal, para demostrar que si se quiere se puede.



¿Por qué? Joder no entiendo por qué...