domingo, 27 de febrero de 2011

Me enamoré de ti con tan sólo mirarte a los ojos.

Una mirada tuya conseguía ponerme roja.

lunes, 14 de febrero de 2011

Todas las mañanas sonaba la misma melodía, su voz.

“Buenos días princesa” sonaba a mentira cuando me lo susurrabas al oído cada mañana. Ahora ni tan siquiera suenan tus mentiras desde que te has ido. No suena nada más que el vacío que tú dejaste en mi cama.

Lo siento, yo no escogí quererte.

-¿Qué tiene ella que no tenga yo?

-Ella no le quiere.

-Entonces… ¿Por qué están juntos? Lo normal es que para estar con alguien, ¡tienes que quererlo!

-Tú lo has dicho, lo normal es eso. A él le encanta todo lo que se aleja de la realidad, de la rutina… Y a ella le encanta dejarse llevar.

viernes, 11 de febrero de 2011

Merece la pena no perder la sonrisa en malos momentos. Te lo aseguro.


Dejémonos de tonterías, de niñeces y vamos a disfrutar. Que la vida son 2 días, ¡y no los pienso desperdiciar!

Siempre dije que las cosas no venían solas, mantengo mi idea.


En ocasiones hay que buscarlas y rebuscarlas, e incluso cuando parece que has encontrado eso que tanto ansiabas te das cuenta de que todavía no. Y sigues buscando, y te cansas y te rindes, y bajas la cabeza mientras piensas, ¿qué estoy haciendo con mi vida? Y la levantas, te llenas de orgullo y valentía y sigues buscando con más fuerza que antes, con la diferencia de que ahora buscas sin miedo a que no aparezca, si no con la esperanza de que antes o después aparecerá.

¿Qué es eso que tanto buscas? Preguntan muchos. ¿Amor? ¿Felicidad? ¿Una meta? Quién sabe. Busca, busca, rebusca y vuelve a buscar. Camina, aprende, levántate, tropieza, cae, disfruta, ríe, llora, ¡vive! Pero ante todo una vez más, ríe. Ríe como si fuese el último día que lo haces.

Nunca creí en los finales felices, ¿tendría que hacerlo ahora?

Acaríciame y olvídate de todas las miradas que se están centrando en nosotros. Imagina que solo estamos tú y yo.


Cuentos de hadas que no tienen principio ni final, tan sólo desarrollo, historia.

Sin querer te echo de menos. Añoro los pocos abrazos que me has dado y los pocos besos con los que me has callado. Te necesito sin querer que sea así. Estás en mi cabeza desde que me levanto hasta que me acuesto. Te quiero sin saber cuando empecé a quererte.