miércoles, 9 de junio de 2010

Sí, soy gilipollas.

No tengo muy claro todavía que se supone que estoy haciendo en este lugar al que llaman "mundo" ya que afronto cada problema con una lágrima en vez de con una lucha para que las cosas vayan mejor. Muchas veces me quedo pensando y al pensar lloro. ¿Qué por qué lloro? La verdad es que tengo más de una razón para llorar pero... ¿Qué importa eso ahora? Ahora sólo importa el presente y lo que vendrá después. Lo que ya ha sucedido ahora a penas tiene valor y si lo tiene a mí personalmente no me importa. No soy de piedra y tengo sentimientos pero parece que hay mucha gente que no quiere entenderlo. Al igual que todo el mundo lloro pero está claro que eso no vale de nada. Las lágrimas que se derraman por cosas como alguien que te importa o simplemente porque no te sientes agusto contigo misma en esta sociedad no valen nada. En esta sociedad ahora no importa el dolor que puedan sentir algunas personas. El dolor hace tiempo que no se tiene en cuenta y por desgracia se tienen en cuenta otras cosas mucho menos importantes. Ahora mismo podría ir por la calle llorando que a nadie le importaría. Nadie es consciente del dolor por el que tienen que pasar algunos y... ¿sabéis que es lo más triste? Que tampoco muestran interés por saberlo, ni siquiera las personas más cercanas a ti. De mil amigos que crees que tienes sólo uno o dos se preocupan por ti, nadie más, y eso duele. No sé muy bien porque estoy escribiendo esto la verdad. Resulta bastante ridículo y patético desahogarse en un blog que seguramente a nadie le importe pero no encuentro otra manera mejor de desahogarme ya que soy la típica chica inútil que se traga todas sus tonterías por muy pequeñas o grandes que sean porque no le gusta aparentar triste, pero eso trae consecuencias y la mayor es el momento en el que ya no puedes tragar más y explotas. Explotas de tal manera hasta llegar a un punto en el que nada te parece lo suficientemente bueno para seguir adelante. Cuando llegas a este extremo no te importa nada de lo que tengas a tu alrededor, estás tan sumamente alterada que no te das cuenta de lo que tienes. No te das cuenta de que intentan ayudarte y desprecias la ayuda de los demás e incluso llegas a pagar tu dolor con quien no se lo merece. Yo no quiero la ayuda de nadie ni quiero escuchar un "tranquila, todo va a ir bien". No quiero nada de eso. Quiero ser feliz por todo lo que tengo sin tener que estar cada día preocupada por si algo va bien o mal. Quiero sonreír porque tengo motivos y no por compromiso y quiero poder decirle al mundo "estoy bien" sin tener que mentirles diciendo algo como "no me pasa nada, son tonterías". Estoy cansada de siempre la misma rutina, de callarme lo que siento, de que me humillen y de llorar por cosas que no valen la pena. Hago lo que puedo para que las cosas salgan bien, pero nadie lo tiene en cuenta. ¿Sabéis? Nunca he envidiado nada de nadie pero ahora mismo y más que nunca envidio a aquellas personas que consiguen salir adelante con una sonrisa y que saben perfectamente como levantarse en cuanto se caen. Por desgracia yo no he nacido así y he nacido cobarde, porque no hago más que ocultarme de los problemas porque creo que es lo mejor para mí cuando no lo es y gilipollas, porque la mayoría de las veces me dejo humillar por la gente y dejo que me hundan cuando una persona luchadora no dejaría que la humillasen. 
Menos mal que a medida que pasa el tiempo voy aprendiendo que hay cosas que sí y cosas que no y desde hace tiempo he aprendido que a mí no me pisotean ni me humillan. Una lástima que no lo ponga en práctica y que siga como siempre, refugiada bajo las sábanas de mi cama porque creo que ahí debajo no me va a pasar nada cuando está más que claro que hay que salir de la profundidad y salir al exterior con la cabeza más alta de lo normal, para demostrar que si se quiere se puede.



¿Por qué? Joder no entiendo por qué...

1 comentario:

  1. quien soi pichona??ai mi chocolatera sonrie que esats mas guapa :)
    (L)

    ResponderEliminar