Tropiezas, te caes y lloras. Lloras porque te sientes estúpida, pero sobre todo porque te duele que la vida nunca te haya regalado nada que no hayan sido golpes. ¿Será este mi destino? Quién demonios lo sabe...Personalmente yo no creo en el destino, eso es cosa de ingenuos... Al igual que el simple hecho de creer en la suerte. Que ilusos aquellos que creen que ésta existe... Si de verdad existiese la suerte sería más justa en lugar de tan puta.
La vida no se basa en la suerte como creen muchos así que... ¡Despertad! La vida se basa en actos, en fallar, en llorar, en actuar, en caminar, en correr y en no rendirse ante ninguna circunstancia, pero por encima de todo se basa en aprender a valorarte y a darte cuenta de que no existe peor enemigo que uno mismo, ya que nosotros mismos nos buscamos cada problema, sin embargo, nos parece mucho más fácil culpar a otros de lo que en verdad nos pasa.
Así es la vida, injusta y dolorosa, pero es así.
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