Hoy me miras y no ves a la de antes. Aquella que en el día de la despedida estaba con el corazón desgarrado en sus manos y luchaba por contener sus lágrimas. Aquella que no quería alejarse de ti. Sin embargo hoy, ves que puedo estar lejos de ti. Y es que me he acostumbrado a que no estés. Me he acostumbrado a sonreír sin que tú seas el motivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario